Siendo un día tan "terrorifico", como es hoy, uno de noviembre, que mejor manera que celebrandolo con una segunda entrega de la serie La Historia esa vista por Hollywood, publicada en la revista Cancan, cuyos protagonistas van a ser el Conde Drácula y Fausto. El primero dibujado por Vázquez y el segundo por Ibañez.
Podemos observar así a los dos genios tratando temas "espeluznantes", desde la perspectiva del humor.
El estilo vazquiano queda patente desde la primera a la ultima viñeta. El dibujo y los trazos son ágiles, queda patente la velocidad. El desarrollo de la trama es sencillo y efectivo. También podemos comentar la expresividad en los rostros de nuestro protagonista el Conde Drácula. En las cuatro viñetas centrales queda mas que visible, el rostro malicioso del personaje, especialmente en la tercera viñeta, cuando surge camuflado entre un cortinaje. Asimismo citamos la gran expresividad de pilleria en el rostro del conde cuando transformado en murciélago "afana" un pastel. Para concluir este breve comentario sobre esta pagina publicada en Cancan nº 31 de 8 de septiembre de 1958, no podemos dejar de hacer mención al triste final de nuestra estrella, que termina en las manos de una tierna y dulce ancianita que lo captura y lo enjaula como si se tratase de una avecilla desconsolada.
Contemplando el final de la historieta, y analizando el personaje de la abuelita, me viene a la cabeza, tanto en su manera de actuar a la Abuelita Paz, creada por la mano del propio Vázquez hacia el año 1969, como a la inquilina de la tercera izquierda de 13 Rue del Percebe, e incluso a la inefable Doña Trini y sus animalitos de Escobar. Las dos ultimas damas caracterizadas por su gran amor hacia cualquier bicho viviente. Llevándoles a situaciones muy divertidas tan desaforado amor.
Nuestro otro personaje tratado en esta reseña sera Fausto, de la mano de Ibañez. Resulta revelador, el trato que da nuestro autor a tan siniestro personaje. La ironía y el sarcasmo quedan manifiesto, no solo a través del guion, pieza fundamental, sino en toda una serie de detalles, tan al gusto de nuestro creador. Como por ejemplo son las telarañas del gorro del protagonista que aparecen en la segunda viñeta izquierda, o el gato espantado o la maquina de escribir. La penúltima ilustración en si misma es una obra de arte y contiene todos los detalles que prefiguran el estilo de Ibañez en esta etapa tan singular de los años 50. Unos edificios donde se cuidan los detalles, unas chicas rutilantes, un gusto por el barroquismo de los trajes de los personajes así como como un culto por lo absurdo con el habano o la Vespa. Ibañez en estado puro. Disfrutar de estas paginas y no tengáis mucho miedo, tanto de Drácula como de Fausto, solo tenerle miedo a la hipoteca...
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| Publicado en Cancan nº 35 de 6 de octubre de 1958 |
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